El Jardín Mauro
Los jardines celebres de España realizados por
los califas traídos hace unos siglos de los árabes muestran
hoy muchos elementos tradicionales de los jardines mauros o de los jardines
de Andalucía.
El culto de la intimidad, el respecto por cada gota
de agua aprendido en el desierto, la inclinación hacia la meditación
característica para el mundo árabe, todas estas cosas
condujeron a la construcción de un paraíso cerrado
para muchos y un jardín abierto para pocos. Así es
como un poeta de Granada lo llama, patio, el esquema de base
para el jardín mauro, que recuerda el arreglo circular de
las tiendas en el desierto.
En el patio, todas las plantas tienen
cada una su plaza, para que no se incomoden recíprocamente, para
que puedan evidenciar el color y la luz que eliminan. El agua misma
tiene que ser discreta, el ruido producido por un surtidor en este espacio
siendo excluso. La luz está dirigida gradualmente, pasa por las
columnas que están alrededor del jardín, entra en el espacio
mediador y llega en el interior. El elemento que impone nuestra atención
es el surtidor o la cascada, que recuerda los oasis del desierto y el
agua por la cual los árabes sienten una verdadera admiración.
En este compartimiento hay plantas específicas
de las zonas del desierto, que nos permitieron realizar un patio
autumnal. En este sentido, hemos construido un espacio discreto,
como un pequeño jardín abierto para todos. Aquí
pueden identificarse unos elementos característicos que hemos
realizado ayudándonos de unas raleas de crisantemas, junto con
rosas, naranjos o limoneros- plantas específicas para los jardines
mauros.
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